RAZA: Porcelana |
Porcelaine |
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El porcelana es un perro de aspecto distinguido y elegante, flexible, que se desplaza con un galope rápido y sostenido.
Su cabeza es bastante larga y enjuta, con el cráneo ancho.
Las orejas, largas y plegadas, están insertadas más bajas que los ojos, grandes y pardos.
El cuerpo es alargado, con pecho medianamente ancho y lomo ancho y recto.
La cola es larga y ligeramente curva.
El pelaje es corto, denso, fino y lustroso.
El pelo, de un blanco brillante muy puro, que le hace parecer una figura de porcelana, está moteado con pequeñas manchas anaranjadas. Son características las motas de este color en las orejas.
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El Porcelana no es un perro que requiera cuidados especiales, aunque hay que satisfacer sus grandes necesidades de ejercicio.
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Este perro tiene un carácter amigable, vivaracho y afectuoso con el hombre, de manera que constituye un compañero muy agradable, manso, tranquilo y juguetón.
Incluso puesto en el campo es un perro de caza dócil, aunque siempre hay que contar con el dominio que ejerce sobre él su instinto cazador.
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El Porcelana es tal vez el más antiguo de los podencos franceses, y desciende de los perros blancos de los reyes medievales.
Sin embargo, recibió en el siglo XIX sangre de otras razas, de modo que tal como lo conocemos ahora, el Porcelana data de 1845, recreado después de las destrucciones ocurridas durante las revoluciones de 1789 y 1830.
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El porcelana ha sido siempre un perro de caza de rastro, que persigue liebres, corzos y jabalíes sirviéndose de su fina nariz.
Durante la caza no se cansa nunca, y al final de una dura jornada de carreras le basta intuir la proximidad de una presa para recobrar fuerzas, dando muestras de una afición ardiente y batalladora.
Destaca buscando rastros de sangre y, en casos excepcionales, también cobra.
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Pros:
- Buen perro cazador de rastro, especialmente para
la liebre y el corzo.
- Insensible al cansancio.
- Buen compañero, tranquilo y juguetón.
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