Alimentación
de los gatos adultos en período de mantenimiento (Alimentación del gato
maduro)
Un gato adulto con actividad normal requiere sólo
una dieta de mantenimiento.
Un alimento para gatos comercial de buena calidad
que sea completo y balanceado para el mantenimiento o para todas las etapas
de la vida resulta apropiado para alimentar a los gatos adultos que no
estén preñados o amamantando.
Los gatos deben ser alimentados como animales particulares
y los factores que influyen en la cantidad de alimento que requiere un
gato adulto típico para mantener una buena condición física son el nivel
de actividad, la temperatura y el metabolismo corporal. Una buena condición
física es aquella en que el animal está bien proporcionado, con flancos
observables detrás de la caja torácica y costillas que pueden palparse
con un leve recubrimiento de grasa sobre ellas.
Como los gatos tienen tendencia a comer bocados
ocasionales, deben tener acceso a su alimento durante varias horas por
día. Y como con otros animales, disponer
de una fuente de agua fresca y limpia es importante para casi todas las
funciones corporales -digestión, absorción, circulación, transporte de
nutrientes, construcción de tejidos y para regular la temperatura corporal.
Los gatos requieren un nivel más alto de proteína
en la dieta y un balance nutricional diferente al de los perros. Al igual
que los gatitos, los gatos maduros requieren que se agregue taurina a
sus dietas mientras que los perros no.
Estos singulares requerimientos de la dieta se
satisfacen proporcionando a los gatos un alimento completo y balanceado
y por estas razones se recomienda que a los gatos adultos no se les administre
alimento para perros.
A un gato se le puede administrar una dieta de
mantenimiento después del primer año de vida. Las dietas de mantenimiento
no son apropiadas para los gatitos o para las hembras preñadas o que están
en período de amamantamiento.
El gato promedio de tres a cuatro kilos requiere
aproximadamente 84 gr. (un tercio de una taza de 224 gr.) de alimento
seco o semi húmedo, o entre 168 y 224 gr. de alimento en lata por día.
La cantidad de alimento necesaria variará de acuerdo
con la densidad de nutrientes del alimento y con cada gato en particular.
Aún cuando todos los factores son iguales, dos
gatos de tamaño, edad y actividad similar pueden necesitar diferentes
cantidades de alimento simplemente porque tienen diferentes metabolismos.
El apetito y el consumo total de alimento de un
gato variará de un día a otro. La pérdida del apetito o el desgano para
comer no son problemas en los gatos adultos a menos que estos síntomas
persistan durante varios días o que el gato muestre síntomas de enfermedad.
Si esto sucede, el veterinario deberá examinarlo.
Alimentación
durante la preñez
Si bien la nutrición es un factor clave para mantener
a un gato sano, su importancia se ve realzada durante la gestación y la
lactancia.
La dieta debe proporcionar los nutrientes esenciales
en el equilibrio adecuado para el desarrollo de los gatitos y preparar
a la hembra para la tensión de la lactancia.
Las dietas con etiquetas que indican que se pueden
emplear para el mantenimiento de adultos, la alimentación intermitente
o para usos terapéuticos por lo general resultan inadecuadas para la gestación
y la lactancia.
Una dieta seleccionada para administrarla durante
este período deberá tener una etiqueta que indique que es nutricionalmente
completa y balanceada para todas las etapas de la vida del gato o para
el crecimiento y la reproducción.
Esta afirmación debe ser apoyada preferentemente
por los estudios sobre alimentación animal.
Se recomiendan las dietas formuladas para proporcionar
por lo menos 30 por ciento de proteína y que contengan más de 1.700 kcal
cada 450 gr. de alimento.
Si se administra una dieta de mantenimiento antes
del servicio, debe hacerse un cambio gradual a una dieta apropiada para
la reproducción durante el último trimestre de preñez.
Los criadores a veces creen que se necesitan complementos
además de la dieta normal para proporcionar la nutrición extra que requieren
las gatas preñadas y que amamantan.
Esta necesidad de nutrición extra puede satisfacerse
administrando una dieta completa y balanceada de buena calidad, eliminando
así la necesidad de complementos.
Durante toda la gestación, la hembra puede mostrar
un aumento lento y firme del peso corporal y al mismo tiempo un aumento
gradual en la ingesta de alimento. Los cambios hormonales y de comportamiento
que ocurren durante la reproducción pueden provocar períodos de disminución,
aumento o suspensión de la ingesta de alimentos.
Por ejemplo muchas gatas pasan por un breve período
de pérdida parcial del apetito alrededor de la tercera semana de gestación,
que dura entre 3 y 10 días. Se espera una cierta ansiedad por parte del
dueño y es importante que se resista a hacer cambios en la dieta o en
el programa de alimentación cada vez que se registren altibajos en la
alimentación de la gata.
Sin embargo, si se prolonga la disminución en la
ingesta de alimentos, o si la condición física de la hembra comienza a
deteriorarse, debe ser examinada por un veterinario para detectar problemas
de salud.
A medida que se acerca la parición, la hembra también
puede perder el apetito. El rechazo a la comida durante la novena semana
de gestación por lo general es una buena indicación de que parirá dentro
de las próximas 24 a 48 horas.
Por lo general dentro de las 24 horas posteriores
a la parición el apetito de la hembra aumentará lentamente.
Alimentación
durante la lactancia
La demanda de leche por parte de los gatitos lactantes
continuará aumentando durante aproximadamente 20 o 30 días.
Como consecuencia, los requerimientos de alimento
y agua de la hembra aumentan durante este período. Puede ser que se deba
alimentar a las hembras dos o tres veces por día y deberán disponer de
agua fresca en un recipiente limpio.
El alimento seco debe administrarse humedecido
durante la lactancia para aumentar la ingesta de alimentos y agua de la
hembra y para alentar a los gatitos para que comiencen a tomar bocados
de alimento sólido.
Cuando los gatitos tienen entre tres y cuatro semanas
de vida, comienza el interés en el alimento sólido y disminuye el interés
de la hembra en el amamantamiento (el proceso de destete está en marcha).
El alimento humedecido debe estar a disposición
de los gatitos en un plato poco profundo durante varias horas por día.
El destete de los gatitos por lo general ocurre
entre las 6 y 8 semanas de vida. Para las hembras que continúan manteniendo
una significativa producción de leche, la congestión y el malestar de
las mamas puede ser un problema.
La resolución de este problema puede acelerarse
limitando la alimentación de la gata de acuerdo con el siguiente procedimiento:
Durante el primer día de destete, no se debe alimentar
a la gata pero se le debe proporcionar una fuente de agua limpia. Se debe
separar a los gatitos de la gata y se les debe ofrecer alimento y agua.
El alimento seco humedecido con agua tibia puede
ayudar a estimular la ingesta de alimento de los gatitos. A los dos, tres
y cuatro días del destete, se recomienda limitar el alimento de la gata
a ¼ , ½ y ¾ de la cantidad habitual respectivamente.
Al quinto día, se debe reanudar la ingesta de alimento
con la cantidad normal que ingería la gata antes de la gestación y la
lactancia.
Alimentación
de los gatitos
Las investigaciones muestran que un gatito pasa de
la infancia a la edad adulta joven en aproximadamente un año y durante
sus primeras 20 semanas (5 meses) un gatito puede tener un aumento del
2.000 por ciento en su peso de nacimiento.
A las 26 semanas de vida, la tasa de crecimiento
comienza a nivelarse. Sin embargo, los gatitos continúan desarrollándose
por dentro y el crecimiento normal finaliza alrededor de los 12 meses
de vida. Los gatitos también requieren el doble de energía cada 450 gr.
de peso corporal como un gato maduro.
Los gatitos deben estar completamente destetados
a las 6 u 8 semanas y deben estar acostumbrados a una dieta normal con
alimento completo y balanceado del tipo para crecimiento formulado para
gatitos.
Los gatitos requieren niveles de proteína más altos
que los cachorros y también tienen un requerimiento singular del aminoácido
taurina.
La falta de la taurina suficiente en una dieta
para gatitos puede resultar en una disminución de la visión.
Por estas y otras razones, se recomienda administrar
a los gatitos sólo los alimentos desarrollados para gatitos y no para
cachorros.
Cuando se ofrece un alimento nutricionalmente completo
y balanceado a un gatito normal y sano, no es necesario complementar la
dieta con vitaminas y minerales.
Los complementos pueden trastornar el equilibrio
de nutrientes del alimento y demasiados complementos pueden resultar perjudiciales.
Se recomienda alimentar a los gatitos dos o tres
veces por día durante este período de rápido crecimiento y muchos dueños
les dejan alimento en todo momento con una fuente de agua fresca y limpia.
El alimento seco puede humedecerse con agua tibia
para ayudar a ablandarlo y hacer que les resulte más fácil comerlo.
El alimento seco humedecido o el alimento en lata
puede perder el sabor si se lo deja a temperatura ambiente e incluso pudrirse
si se lo deja durante varias horas, por lo tanto, se deben retirar y desechar
las porciones no ingeridas después de una hora. Como ocurre con otros
animales, todos los cambios en la dieta deben realizarse en forma gradual
durante un período de 7 a 10 días para evitar trastornos digestivos.
Los gatitos tienen tendencia a comer bocados ocasionales
ya que toman un gran número de comidas a lo largo del día. Normalmente
el gatito se acerca al alimento, lo huele rápidamente y luego comienza
a comer.
Después de consumir una pequeña porción de alimento,
el gatito se va y vuelve a intervalos para seguir comiendo.
No se debe confundir esta conducta con un desgano
o una negación para comer. El exceso de ruido, un ambiente nuevo, la limpieza
de los platos para el alimento/agua pueden ser todos factores a considerar
si un gatito se niega a comer. Si se prolonga la negación y/o el gatito
muestra signos de enfermedad como por ejemplo desgano, diarrea, vómitos
repetidos, secreciones de los ojos o la nariz, esfuerzo para orinar o
constipación o si se esconde en lugares oscuros, se debe consultar al
veterinario.
De los seis meses al año, los gatitos deben ser
alimentados dos veces por día si se les administra alimento en lata, semi-húmedo
o seco humedecido. El alimento seco puede administrarse libremente, llenando
el recipiente con una cantidad suficiente de alimento una vez por día.
Sin embargo, el exceso de alimento debe evitarse.
Los gatitos deben ser alimentados como animales
particulares y las cantidades administradas dependerán de la actividad
y la condición física de cada uno. Es una buena idea comenzar con las
cantidades recomendadas en las etiquetas de los envases y emplear esta
información como guía.
Ajuste la cantidad administrada para obtener una
condición física saludable. También es apropiado consultar a su veterinario
cuando examine a su gatito en un chequeo rutinario de salud.
Las instrucciones de alimentación de los paquetes
deben emplearse como una guía para la alimentación diaria de cualquier
gato.
Los gatos activos o los expuestos al aire libre
pueden requerir mayor cantidad de alimento para mantener una buena condición
física.
Si un gato tiene exceso de peso, se debe disminuir
su ingesta de alimento.
Un veterinario puede ayudar al dueño a evaluar
la condición física del gato empleando el método de Evaluación
de la Condición Física (ver página XX) y, si fuera necesario, ayudar a
planificar un programa apropiado para bajar de peso. Los gatos, como las
personas, tienen preferencias alimentarias individuales.
Los gatitos de una misma cría pueden adquirir diferentes
gustos y hábitos de comida. Sin embargo, la reputación que tienen los
gatos de ser animales con conductas alimenticias selectivas es por lo
general el resultado de las prácticas de alimentación establecidas por
el dueño.
Cuanta más variedad se le ofrece a un gato, más
variedad esperará. Con la amplia elección de alimentos comerciales para
gatos, resulta fácil proporcionar una dieta nutricionalmente completa
y balanceada que un gato comerá.
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